¡Ya estamos de vuelta de Semana Santa! Menuda panzada a comer… no he parado… pero antes de meterme de lleno en la dieta para intentar perder esos kilitos que he acumulado durante el invierno, os dejo una receta bomba que os va a encantar… Y es que ¿A quién no le gusta el tiramisú? Postre estrella de cualquier restaurante italiano que se precie, este dulce es, además de riquísimo (…y calórico…), súper fácil de hacer. No necesita ni horno ni fuego para su elaboración y se puede preparar de un día para otro.
Lo único “malo” que tiene (a parte de que se instala en las cartucheras que da gusto) es que hay que llevar cuidado con él porque lleva huevo crudo, así que mejor limpiar bien los huevos antes de cascarlos para minimizar el riesgo de cualquier infección y consumir este postres en las 48 horas las siguientes a su preparación (no es un postre que os vaya a aguantar una semana en la nevera…).
Esta receta me la pasó mi mami, es una receta que le pasaron unos amigos italianos así que es auténtica, auténtica. Eso sí, he modificado ligeramente la redacción del listado de ingredientes para evitar posibles confusiones… Resulta que en la receta original ponía 200 gr de café, en vez de 200 ml… Y más de uno ha rebozado los bizcochos de soletilla directamente en el café molido en vez de mojarlos en café recién hecho… Os podéis imaginar el resultado… :-P
Una vez aclarado este punto, ¡vamos a ver la receta!
Ingredientes:
· 500 gramos de queso Mascarpone
200 ml de café fuerte (tipo expresso) aproximadamente un vaso
Bizcochos de soletilla (o bizcochitos italianos especiales para tiramisú)
4 huevos
6 cucharadas soperas de azúcar
Cacao en Polvo (cacao puro 100, como el de la lata metálica de Valor)
Opcional: el licor que más nos guste (a mí me gusta mucho con Ron)
200 ml de café fuerte (tipo expresso) aproximadamente un vaso
Bizcochos de soletilla (o bizcochitos italianos especiales para tiramisú)
4 huevos
6 cucharadas soperas de azúcar
Cacao en Polvo (cacao puro 100, como el de la lata metálica de Valor)
Opcional: el licor que más nos guste (a mí me gusta mucho con Ron)
Se separan las claras de las yemas, se montan las claras junto con unas 4 cucharadas soperas colmadas de azúcar y se dejan en un cuenco.
En otro cuenco batimos las yemas con el resto del azúcar hasta que se blanqueen y aumenten de tamaño (sale espumilla).
Se añade entonces el mascarpone y se bate hasta que la mezcla adquiera textura de crema.
Ahora, con ayuda de una espátula o una lengua de gato se incorpora esta crema a las claras con movimientos lentos y envolventes para que no se bajen las claras.
Las soletillas se mojan de una en una en el café (se le puede añadir al café dos o tres cucharadas grandes de licor), se pone una primera capa de bizcochos bien humedecidos en una bandeja rectangular y se cubre con una capa generosa de crema. Se repite la operación hasta que se termine la crema (la capa de arriba tiene que ser de crema). También se pueden preparar en cuencos o moldes individuales siguiendo el mismo procedimiento.
Este postre se tiene que dejar reposar en la nevera unas 12-24 horas (está mucho más rico de un día para otro). Justo antes de servirlo lo espolvorearemos con abundante cacao en polvo y ya está, ¡¡listo para comer!!
¿Os apetece probarlo?
¡Espero que os guste!
¡Un beso!